El importante y maravilloso secreto de la mirada

Pusiste nuestras culpas delante de tus ojos, y nuestros secretos a la luz de tu mirada.” Salmo 90, 8

Muchos de nosotros no estamos concientes de la diferencia que existe entre ver y mirar, y por lo general, tampoco nos damos cuenta de los claros mensajes que expresamos y transmitimos con nuestras miradas a las personas cuando las estamos mirando.
La gran diferencia entre mirar y ver es la siguiente: vemos con los ojos y miramos con el alma.
La mirada alberga un gran contenido espiritual, y en consecuencia, refleja la verdad de lo que estamos sintiendo en el alma en ese preciso momento. Por esa sencilla razón, con nuestras miradas revelamos, de vez en cuando, algunos secretos nuestros y sentimientos que tratamos de ocultar.
Por ejemplo, los niños recien nacidos y los infantes que aún no saben hablar, le expresan a sus madres por medio de sus miradas, lo que sienten en su alma y que no pueden manifestarles con palabras. Eso es lo que se conoce como lenguaje visual. Y de esa necesidad del contacto visual entre madre e hijo desde tan temprana edad, es que la mirada recíproca a los ojos se ha hecho parte esencial de la comunicación cara a cara entre dos personas.

Dependiendo de los estados de ánimo y de los pensamientos que la persona que miramos cause o desencadene en nosotros, al mirarla y gracias a la intuición, percibimos diferentes valores y cualidades espirituales de élla, según las emociones y sentimientos que efectivamente estemos sintiendo en ese instante.
Es por eso que en los tiempos de la Edad Media, se tenía la creencia de que en el preciso momento del enamoramiento entre un hombre y una mujer, sus espíritus se intercambiaban a través de la mirada amorosa.

En nuestras relaciones personales hacemos uso de un amplio espectro de miradas, que se corresponden directamente con la diversidad de las pasiones humanas, que sentimos hacia la persona con la que estamos hablando en ese momento y de las circunstancias previas que rodean el encuentro.
Entre los diferentes tipos de miradas están: la amorosa, despreciativa, agradecida, orgullosa, compasiva, altiva, luminosa, fija, inquieta, desdeñosa, dominante, furiosa, envidiosa, de odio, de reproche, afirmativa, sensual, comprensiva, anhelante, temerosa, etc.

Una mirada amorosa puede ser tan expresiva, que el poeta Gustavo Adolfo Becquer en uno de sus poemas escribe: “El alma que hablar puede con los ojos, también puede besar con la mirada”
Y el gran escritor William Shakespeare por su parte, escribió sobre la mirada: “Las palabras están llenas de falsedad o de arte; la mirada es el lenguaje del corazón”.

Recordemos pues, que el contacto visual es indispensable para relaciones personales y para una efectiva comunicación interpersonal.

Ahora bien, si los ojos humanos son el espejo del alma, al mirar nosotros una pantalla de computador o una pantalla de un teléfono inteligente, por el simple hecho de no poder mirar directamente a los ojos de nuestro interlocutor, estamos renunciando voluntariamente a lo más hermoso, más enternecedor y más importante que posee la conversación cara a cara entre seres queridos, que son las miradas y los maravillosos mensajes espirituales que contienen.

El uso excesivo de los teléfonos inteligentes impide y dificulta el contacto visual mutuo entre personas durante la comunicación, y en consecuencia, impide y dificulta también el acercamiento espiritual y el intercambio de emocional con nuestros seres queridos.
No existe una experiencia humana más plena de sentimientos, emociones y vivencias espirituales, que el encuentro cuerpo a cuerpo entre dos personas para conversar, entenderse, manifestarse cariño y comunicarse. Las demás formas de comunicación son simplemente accesorios artificiales.

Por lo tanto, debemos tener siempre presente que la comunicación que hacemos por medio de pantallas es fácil y rápida, pero es incompleta, artificial y truncada, debido a que le falta el aspecto espiritual y sentimental, lo cual es lo que colma la comunicación de cariño, vida, cordialidad y sentido, es decir, de calidez humana, real y efectiva.

No nos conformemos con ver solamente pantallas, recuerda que tanto tú como yo y nuestros seres queridos, todos necesitamos mirar y ser mirados para poder vivir plenamente.

Translate »