El Reino de Dios en los cielos, ¿será el Reino del amor espiritual?

Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo el que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por Él. 1. Juan 4, 7-9

¿Se pueden ustedes imaginar vivir eternamente en un universo espiritual, donde nuestra alma sienta siempre la experiencia maravillosa y única de estar enamorado?
Para el creyente cristiano es bueno y conveniente pensar en las futuras alegrías del Reino de los cielos, prometido por el Señor Jesucristo, porque eso nos ayuda a reafirmar y fortalecer nuestra propia esperanza.
Aún cuando el Reino de los Cielos es un misterio divino que los seres humanos nunca podremos descifrar, sí podemos hacer sobre ese lugar unos ejercicios con nuestra imaginación.

El origen y la fuente del amor espiritual es Dios, porque Dios es amor, tal como lo afirma San Juan en su primera carta. Entonces, si Dios es amor, es lógico suponer que en el Reino de Dios, todo está inspirado y conducido por el amor.

Todos los que hemos vivido la experiencia del enamoramiento alguna vez, sabemos que es un sentimiento excelente, bello y muy agradable, el cual ha sido descrito incluso con la expresión: estar en el séptimo cielo. Esta expresión, por cierto, tiene su origen en las teorías del astrónomo greco-egipcio Tolomeo, que pensaba que el universo se dividía en varios cielos, el séptimo era el último al que el hombre podía llegar tras alcanzar la perfección.

El amor espiritual por ser de origen divino, es perfecto en sí mismo. Esta extraordinaria cualidad del amor verdadero, le sirvió a San Agustín de fundamento e inspiración para escribir su célebre recomendación a la humanidad: “Ama y haz lo que quieras. Si callas, calla por amor; si hablas, habla por amor; si corriges, corrige por amor; que en el fondo de tu corazón está la raíz del amor, pues de esta raíz lo único que puede salir son cosas buenas.”

Dejemos inspirarnos por el amor en nuestra búsqueda de la felicidad mientras vivamos aquí en este mundo cruel, y también, para ejercitar nuestra imaginación sobre la vida eterna.

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