Hacer el sexo sin amor, es más frustración que satisfacción.

“Ama y haz lo que quieras. Si callas, hazlo por amor; si gritas, hazlo por amor; si corriges, corrige por amor; si te abstienes, abstente por amor. Si tienes el amor arraigado en tí, ninguna otra cosa sino amor serán tus frutos”.
San Agustín de Hipona

Antes de entrar en este tema tan interesante, es imprescindible dejar bien claro que el sexo y el amor humano son dos inclinaciones humanas muy diferentes y no tienen nada que ver una con la otra. El apetito sexual y hacer el sexo son simples necesidades biológicas para la reproducción natural de la especie, así como lo es para los animales. Muy por el contrario, el amor por ser de naturaleza espiritual , es un sentimiento sublime y una necesidad espiritual del alma humana.
Las evidencias de esta realidad son las manifestaciones de amor más comunes que vivimos y observamos todos los días, como por ejemplo: el amor de madre y padre a sus hijos, el amor entre amigos, el amor entre hermanos, el amor entre compañeros de trabajo o de estudios, el amor de los abuelos a los nietos, etc; en los cuales no interviene para nada la atracción sexual. Ese cariño y afecto profundos que sentimos todos los días por nuestros seres queridos, ese es el amor espiritual  verdadero.

Lamentablemente existe un gran confusión en la opinión pública, desde que fue creada y masificada la expresión en inglés « make love » por los medios para referirse al acto sexual. En 1960 fue lanzada al mercado mundial la película de Hollywood titulada « Let’s make love » y poco después, durante la guerra de Vietnam se puso de moda en los Estados Unidos la frase « Make love, not war » por los movimientos pacifistas norteamericanos, la cual se popularizó en todo el mundo. Esa desdichada igualdad entre el sexo y el amor ha creado la muy equivocada creencia de son la misma cosa.

Eso que llaman con ligereza « amor » y que propagan los medios, no es el amor universal de todos los tiempos. El amor verdadero es espiritual, es un don divino concedido por Dios a los seres humanos. Y como facultad espiritual humana que es no se puede ver, sólo se puede sentir. Por esa razón, los dueños de los medios y de las agencias de publicidad, decidieron sustituir la palabra sexo con la de amor, creando así una infinidad de falsas expectativas y frustraciones en mucha gente joven, quienes creyendo que el sexo y el amor eran lo mismo, no han sabido encontrar el amor verdadero, lo cual era en el fondo lo que esperaban y buscaban, y por eso mucha gente frustrada se han tenido que resignar con calmar sus ardientes necesidades sexuales, así como se calman las ganas de comer.

En aquella pareja en la que hayan nacido los sentimientos y lazos de amor verdadero, hacer el sexo se convierte en una experiencia doblemente agradable y gratificante, puesto que se genera una doble satisfacción: la que se siente en el cuerpo en el momento y la que perdura en el alma.

Sin amor, el acto sexual es sólo una vivencia fisiológica necesaria y breve que sacia al cuerpo y desaparece, tal como lo hacen también el comer y beber cuando se tiene hambre y sed.
Así como comer no nos hace más felices, tampoco el sexo y recibir besos apasionados sin amor no nos harán más dichosos. Solamente calman por momentos la necesidad sexual y la pasión que la acompaña. Si el sexo sin amor hiciera feliz al ser humano, aunque fuese un poquito solamente, las prostitutas serían los seres más felices del mundo. Y sabemos muy bien que no es así, que lamentablemente es todo lo contrario.

Concluyo con esta bella frase de San Agustín llena de sabiduría y verdad:
« Si tienes el amor arraigado en tí, ninguna otra cosa sino amor serán tus frutos »

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